La flexibilidad es una de las cualidades físicas más importantes en la práctica de las artes marciales. No solo permite ejecutar técnicas de manera más eficiente, sino que también reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento general. A continuación, exploramos cómo mejorar la flexibilidad en artes marciales.
¿Por qué es importante
la flexibilidad en artes marciales?
En disciplinas como el Taekwondo, el Karate o el Kickboxing, muchas técnicas implican patadas altas, desplazamientos amplios y movimientos explosivos. La falta de flexibilidad puede limitar la amplitud de los movimientos, hacer que las técnicas pierdan eficacia y provocar molestias o lesiones.
Mejorar la flexibilidad no solo potencia tu capacidad técnica, sino que también influye en la velocidad y precisión en el combate.
Tipos de flexibilidad a trabajar
Existen distintos tipos de flexibilidad que se pueden entrenar:
- Flexibilidad dinámica: se refiere a la capacidad de mover una articulación con velocidad a través de su rango completo. Es clave en patadas y desplazamientos.
- Flexibilidad estática activa: mantener una posición sin ayuda externa, usando solo la fuerza muscular.
- Flexibilidad estática pasiva: mantener una posición ayudado por una fuerza externa (como la gravedad o un compañero).
Trabajar estos tres aspectos es ideal para una práctica marcial más completa y segura.
Estrategias para mejorar la flexibilidad
1. Calentamiento adecuado
Nunca estires músculos fríos. Empieza cada sesión con al menos 10 minutos de movilidad articular y cardio suave (trote, saltos, cuerda). Esto prepara el cuerpo para estiramientos más profundos.
2. Estiramientos dinámicos antes de entrenar
Previos al entrenamiento, enfoca tus estiramientos en movimientos dinámicos: patadas controladas, círculos con las piernas, zancadas con desplazamiento. Esto activa los músculos sin reducir el rendimiento, como puede suceder con los estiramientos estáticos antes de entrenar.
3. Estiramientos estáticos después del entrenamiento
Una vez finalizada la práctica, realiza estiramientos más prolongados y profundos. Manten cada posición entre 20 y 30 segundos, sin rebotes, enfocándote en la respiración para facilitar la relajación muscular.
4. Entrenamiento específico de flexibilidad
Dedica al menos 2 o 3 sesiones semanales exclusivamente a mejorar tu rango de movimiento. Puedes incluir:
- Ejercicios de piernas abiertas (split)
- Estiramientos activos de piernas en el aire
- Trabajo con bandas elásticas
- Yoga o Pilates, que también ayudan a desarrollar control y conciencia corporal
5. Progresión gradual
No intentes forzar posiciones extremas desde el principio. La clave está en la constancia. Mejora un poco cada semana y escucha a tu cuerpo para evitar sobrecargas.
¿Cuánto tiempo tarda en mejorar la flexibilidad?
Todo depende del punto de partida y del compromiso con el entrenamiento. Algunas personas notan mejoras significativas en pocas semanas; para otras, puede llevar meses. Lo importante es no frustrarse y celebrar los pequeños avances.